La alqueria berber
El origen del municipio de Atzeneta del Maestrat ha sido otorgado a la tribu bereber de los Zanata. Se trata de una tribu del norte de África que vino a la Península Ibérica en la primera hornada de la invasión islámica del s. VIII d.C. (711). Se ha encontrado evidencias de la presencia bereber a las tierras de la Mancomunidad de Penyagolosa-Pueblos del Norte al s. VIII. En la época emiral (s.IX-XI d.C.) los bereberes se hicieron fuertes en estas montañas ante la inestabilidad política de la época.
El antiguo núcleo histórico y el Raval de Atzeneta del Maestrat se encuentra encajado en un promontorio en forma de morro que se levanta sobre varias camas hídricas. Concretamente se trata de la calle de la Orden de Montesa/ Vall de Verdunc en el norte, la rambla de Atzeneta al este, y la calle del barranco de la Font en el sur el cual se debe de vincular con el barranco del Aiguanova. En la época andalusí fue aquí donde se instalaron los primeros pobladores bereberes conformando un tipo de poblado denominado Alquería. Una prueba de la existencia de esta alquería es que al 1213 es citada en un acto de donación que el rey Pedro hizo a la Orden del Temple cuando se estaba negociando la conquista de la Taifa de València. El historiador local Mossen Jesús Miralles dató el nacimiento de la alquería bereber de Zaneta al s. XI-XII.
Este espacio se configura en la zona central del denominado como Pla de Atzeneta, el cual se trata de un amplio valle intramuntana y que al mismo tiempo se encuentra rodeada por las sierras de Esparraguera en el norte y nordeste, Serra de la Creu en el sur sudeste, y el conjunto montañoso del macizo del Penyagolosa en el oeste.
En 1233 el Rey Jaime I conquistó este territorio procedente de las tierras de Aragón. El 11 de enero de 1272 Guillermo de Anglesola otorgó carta de poblamiento a 80 pobladores procedentes de tierras de Lleida, según los fueros y costumbres de Zaragoza, ante el despoblamiento provocado por la fuga de los residentes andalusíes. En el 1303 lo Castell de Culla, del cual formaba parte Atzeneta, fue comprado por la Orden del Temple. Después de la disolución de los templarios, en 1317 se creó la Orden de Montesa, que integró todas las posesiones templarias y hospitalarias del norte del Reino de Valencia. Otro hito importante de la historia de Atzeneta se produjo al 1345 cuando se crea la Setena de Culla, comunidad de pastos que autogestionaban los pastos y los bosques de las siete poblaciones del Castell de Culla. Este hecho dio inicio en la época dorada de este territorio (s. XIV y XV) gracias al comercio de la lana, que se exportaba en la Toscana italiana. Esta comunidad, con unos capítulos propios, perduró hasta el s. XIX. Al s. XVI el comendador de la Séptima de Culla fijó su residencia a Atzeneta y la Encomienda va a pasar a denominarse de Atzeneta y Culla.
El yacimiento arqueológico, que corresponde a la época cristiana, ocupa varios espacios de la actual trama urbana: el Núcleo histórico y el Raval. El área correspondiente al primer núcleo de Atzeneta del Maestrat se corresponde al denominado como Sol de la Vila o Vila CLosa y corresponde aproximadamente con la plaza de la Divina Pastora, las calles del Palo y San Antoni, y las casas situadas en estos.
Por lo que respecta al recinto amurallado del siglo XIV, en el interior de este se encuentran un total de 9 islas urbanas, la plaza Mayor, la Plaza Divina Pastora y las calles de San Roc, la calle del Venerable Joan Baptista Bertran, la calle de la Taleca, la calle de Sant Antoni, la calle del Palo y calle Botella.
Finalmente por lo que respecta al Raval, este se encuentra situado extramuros en el oeste del recinto amurallado y configurado por la calle de los Hostales, la calle de padre Pere, la calle del Ferrer y posiblemente la calle de la Purísima. Además, hay que añadir la Era de la Vila y el «cagaferrar», ambos situados en el extremo oeste del mismo Arrabal.
El primer indicio histórico de la villa de Atzeneta es posible atribuirlo Vila Closa o Sol de Vila, situada en el extremo este del actual Vila. Los accesos en el interior se realizarían a través del portal del Portalet, con salida hacia la Rambla de Atzeneta, y el portal Clos, el cual debió de situarse entre las calles del Venerable Bertran y Sant Antoni. Respecto a este primer núcleo, las cronologías no son claras puesto que no se disponen de datos arqueológicos que contrastan cronológicamente, sin embargo, Mossen Miralles otorga a este espacio cronologías entre los siglo XI y XII. El único elemento de este recinto que se conserva es un montante que formaría parte del bastimento de una de las puertas de entrada en el interior de la villa (Portal del Portalet), todo y que esta estructura tiene cronología dudosa.
Por otro lado, la muralla medieval de la que se conservan diferentes elementos arquitectónicos posiblemente tuvo su origen a finales del siglo XIV. Esta fecha se conoce a través de diversa documentación escrita en la que se menciona la construcción de murallas en los dominios de la Orden de Montesa en el conjunto de obras de mejora o construcción de nueva planta entre 1374 y 1377, en el contexto de los dos Peres.
El trazado que mantiene la actual muralla se conserva puntualmente en varios espacios del casco urbano. Así el tramo mejor conservado lo encontramos en la calle Orden Montesa, tratándose de un tramo aproximadamente de 12 -14 m de longitud que conserva diferentes elemento originales medievales de carácter poliorcética (almenas, “espilleres”) junto a reformas de época moderna y contemporánea. El acceso a este recinto se realizaría por el ya nombrado Portalet, el portal del Forn al final de la calle Santa Roc, el portal de Pelleric entre la actual Capilla y el Ayuntamiento, y el Portal de Vistabella próximo en la Torre de la Prisión. De estas entradas tan solo se conserva una parte del Portalet.
Otros tramos de muralla posiblemente se encuentran conservados de manera parcial entre los inmuebles actuales, sirviendo en muchos casos como estructura de los mismos edificios. El resto de tramos ya inexistentes y de los cuales tenemos documentada destrucción, es el tramo situado al límite noroeste. Este flanco de muralla fue destruido progresivamente, pero se documenta esta destrucción desde el siglo XVII por varias causas, entre las que encontramos la acción natural de deterioro de la estructura e intervención de la mano del hombre.
El último elemento del perímetro amurallado se corresponde en «la torre de la Prisión», se trata de una torre de planta rectangular que se sitúa al flanco noroeste del núcleo histórico, controlando los accesos que podían darse desde el norte y el oeste. La torre sufrió varias reformas que debieron de realizarse según las necesidades de utilidad en cada momento histórico. Una de estas reformas, la realizada en 1853, queda marcada en el dintel de la puerta que da acceso en el interior de la torre en la actualidad.
La zona interior del recinto amurallado alberga la presencia de diferentes edificios de interés histórico. Un primer grupo serían los que figuraron o han sido patrimonio sacro de la iglesia: la iglesia parroquial (P/Mayor 1), la ermita de Sant Roc (P/ Mayor 56) y la iglesia primitiva (C/ Venerable Bertran 38). El segundo grupo y como patrimonio civil documentamos: el Ayuntamiento (P/Mayor 2), la casa de la familia “Barcelò”(P/ Mayor 19 ), la casa familia Moles (C/ Venerable Bertran 17 N2-19) y la casa Timor (C/ Venerable Bertran 3-5). Posiblemente algunos de los edificios del listado tengan su origen en el s. XVI, etapa en que Atzeneta del Maestrat tuvo un importante desarrollo económico y aumento demográfico.
Otro espacio histórico que hay que destacar es el Raval que cronológicamente se encuentra constatado en la documentación escrita de inicios del siglo XVI. Por lo tanto el desarrollo urbano de este espacio posiblemente ya debió de darse desde medios del siglo XV.
Información y fotografías: Inventario arqueológico de la Mancomunidad de Penyagolosa – Pueblos del Norte (Atzeneta). Proyectos culturales UJI – Encultura, Vicerrectorado de Cultura y Relaciones Institucionales