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Població: Atzeneta del Maestrat

El Mangranar

El Mangranar constituye por si solo un centro de turismo rural con alojamientos independientes, zona de esparcimiento, piscina y un acogedor restaurante especializado en comidas típicas de la comarca. Dispone de 4 casas rurales y un hotel rural.

El Mangranar dispone en sus alojamientos de una completa equipación, calefacción central, televisión, además de ser un lugar ideal para reuniones de empresa, estancias familiares o grupos de amigos.

En verano, disfruta del Mangranar, disfruta de las temperaturas más frescas de la montaña sin renunciar al sol, al baño y siempre con la sombra de la naturaleza, un pinar de 100 hectáreas.

Masia Rural Canalisos

Masía Rural Canalisos es un lugar imprescindible para los viajeros en busca de tranquilidad y desconexión, en contacto directo con la naturaleza. El alojamiento consiste en una masía típica de la zona, que continúa manteniendo la esencia original.

Cuenta con un altillo y tres habitaciones dobles, dos aseos con ducha, cocina equipada con horno, vitrocerámica, microondas, frigorífico, cafetera, tostadora picadora, paellero (8 raciones) para realizar paella en la barbacoa, leña y calefacción. También cuenta con una truena de bebés y *minicuna.

Dispone de una habitación de juegos para niños y comedor con chimenea.

En el exterior encontramos la terraza, barbacoa, merendero y maravillosas vistas en el pico de Penyagolosa, Benafigos, Vistabella, Culla… puesto que se encuentra en lo alto de un pinar en plena naturaleza. Su principal característica es la tranquilidad.

Masía Rural Canalisos está a 7 km de la localidad de Atzeneta del Maestrat y a 45 km de Castelló de la Plana.

Restaurante el Mangranar

Cocina de casa. Un acogedor restaurante especializado en comidas típicas de la comarca. Hay que destacar la excelente cocina de la casa, basada en los productos naturales y tradicionales de la zona, como embutidos, quesos y dulces (turrones, “pasteles”, “rollos de aguardiente”, etc.), junto con platos emblemáticos del interior castellonense, como el gazapo con ajoaceite, sin olvidar las carnes a la brasa, como las deliciosas chuletas del Maestrat.

Arrabal y recinto amurallado de Atzeneta

La alqueria berber

El origen del municipio de Atzeneta del Maestrat ha sido otorgado a la tribu bereber de los Zanata. Se trata de una tribu del norte de África que vino a la Península Ibérica en la primera hornada de la invasión islámica del s. VIII d.C. (711). Se ha encontrado evidencias de la presencia bereber a las tierras de la Mancomunidad de Penyagolosa-Pueblos del Norte al s. VIII. En la época emiral (s.IX-XI d.C.) los bereberes se hicieron fuertes en estas montañas ante la inestabilidad política de la época.

El antiguo núcleo histórico y el Raval de Atzeneta del Maestrat se encuentra encajado en un promontorio en forma de morro que se levanta sobre varias camas hídricas. Concretamente se trata de la calle de la Orden de Montesa/ Vall de Verdunc en el norte, la rambla de Atzeneta al este, y la calle del barranco de la Font en el sur el cual se debe de vincular con el barranco del Aiguanova. En la época andalusí fue aquí donde se instalaron los primeros pobladores bereberes conformando un tipo de poblado denominado Alquería. Una prueba de la existencia de esta alquería es que al 1213 es citada en un acto de donación que el rey Pedro hizo a la Orden del Temple cuando se estaba negociando la conquista de la Taifa de València. El historiador local Mossen Jesús Miralles dató el nacimiento de la alquería bereber de Zaneta al s. XI-XII.

Este espacio se configura en la zona central del denominado como Pla de Atzeneta, el cual se trata de un amplio valle intramuntana y que al mismo tiempo se encuentra rodeada por las sierras de Esparraguera en el norte y nordeste, Serra de la Creu en el sur sudeste, y el conjunto montañoso del macizo del Penyagolosa en el oeste.

En 1233 el Rey Jaime I conquistó este territorio procedente de las tierras de Aragón. El 11 de enero de 1272 Guillermo de Anglesola otorgó carta de poblamiento a 80 pobladores procedentes de tierras de Lleida, según los fueros y costumbres de Zaragoza, ante el despoblamiento provocado por la fuga de los residentes andalusíes. En el 1303 lo Castell de Culla, del cual formaba parte Atzeneta, fue comprado por la Orden del Temple. Después de la disolución de los templarios, en 1317 se creó la Orden de Montesa, que integró todas las posesiones templarias y hospitalarias del norte del Reino de Valencia. Otro hito importante de la historia de Atzeneta se produjo al 1345 cuando se crea la Setena de Culla, comunidad de pastos que autogestionaban los pastos y los bosques de las siete poblaciones del Castell de Culla. Este hecho dio inicio en la época dorada de este territorio (s. XIV y XV) gracias al comercio de la lana, que se exportaba en la Toscana italiana. Esta comunidad, con unos capítulos propios, perduró hasta el s. XIX. Al s. XVI el comendador de la Séptima de Culla fijó su residencia a Atzeneta y la Encomienda va a pasar a denominarse de Atzeneta y Culla.

El yacimiento arqueológico, que corresponde a la época cristiana, ocupa varios espacios de la actual trama urbana: el Núcleo histórico y el Raval. El área correspondiente al primer núcleo de Atzeneta del Maestrat se corresponde al denominado como Sol de la Vila o Vila CLosa y corresponde aproximadamente con la plaza de la Divina Pastora, las calles del Palo y San Antoni, y las casas situadas en estos.

Por lo que respecta al recinto amurallado del siglo XIV, en el interior de este se encuentran un total de 9 islas urbanas, la plaza Mayor, la Plaza Divina Pastora y las calles de San Roc, la calle del Venerable Joan Baptista Bertran, la calle de la Taleca, la calle de Sant Antoni, la calle del Palo y calle Botella.

Finalmente por lo que respecta al Raval, este se encuentra situado extramuros en el oeste del recinto amurallado y configurado por la calle de los Hostales, la calle de padre Pere, la calle del Ferrer y posiblemente la calle de la Purísima. Además, hay que añadir la Era de la Vila y el «cagaferrar», ambos situados en el extremo oeste del mismo Arrabal.

El primer indicio histórico de la villa de Atzeneta es posible atribuirlo Vila Closa o Sol de Vila, situada en el extremo este del actual Vila. Los accesos en el interior se realizarían a través del portal del Portalet, con salida hacia la Rambla de Atzeneta, y el portal Clos, el cual debió de situarse entre las calles del Venerable Bertran y Sant Antoni. Respecto a este primer núcleo, las cronologías no son claras puesto que no se disponen de datos arqueológicos que contrastan cronológicamente, sin embargo, Mossen Miralles otorga a este espacio cronologías entre los siglo XI y XII. El único elemento de este recinto que se conserva es un montante que formaría parte del bastimento de una de las puertas de entrada en el interior de la villa (Portal del Portalet), todo y que esta estructura tiene cronología dudosa.

Por otro lado, la muralla medieval de la que se conservan diferentes elementos arquitectónicos posiblemente tuvo su origen a finales del siglo XIV. Esta fecha se conoce a través de diversa documentación escrita en la que se menciona la construcción de murallas en los dominios de la Orden de Montesa en el conjunto de obras de mejora o construcción de nueva planta entre 1374 y 1377, en el contexto de los dos Peres.

El trazado que mantiene la actual muralla se conserva puntualmente en varios espacios del casco urbano. Así el tramo mejor conservado lo encontramos en la calle Orden Montesa, tratándose de un tramo aproximadamente de 12 -14 m de longitud que conserva diferentes elemento originales medievales de carácter poliorcética (almenas, “espilleres”) junto a reformas de época moderna y contemporánea. El acceso a este recinto se realizaría por el ya nombrado Portalet, el portal del Forn al final de la calle Santa Roc, el portal de Pelleric entre la actual Capilla y el Ayuntamiento, y el Portal de Vistabella próximo en la Torre de la Prisión. De estas entradas tan solo se conserva una parte del Portalet.

Otros tramos de muralla posiblemente se encuentran conservados de manera parcial entre los inmuebles actuales, sirviendo en muchos casos como estructura de los mismos edificios. El resto de tramos ya inexistentes y de los cuales tenemos documentada destrucción, es el tramo situado al límite noroeste. Este flanco de muralla fue destruido progresivamente, pero se documenta esta destrucción desde el siglo XVII por varias causas, entre las que encontramos la acción natural de deterioro de la estructura e intervención de la mano del hombre.

El último elemento del perímetro amurallado se corresponde en «la torre de la Prisión», se trata de una torre de planta rectangular que se sitúa al flanco noroeste del núcleo histórico, controlando los accesos que podían darse desde el norte y el oeste. La torre sufrió varias reformas que debieron de realizarse según las necesidades de utilidad en cada momento histórico. Una de estas reformas, la realizada en 1853, queda marcada en el dintel de la puerta que da acceso en el interior de la torre en la actualidad.

La zona interior del recinto amurallado alberga la presencia de diferentes edificios de interés histórico. Un primer grupo serían los que figuraron o han sido patrimonio sacro de la iglesia: la iglesia parroquial (P/Mayor 1), la ermita de Sant Roc (P/ Mayor 56) y la iglesia primitiva (C/ Venerable Bertran 38). El segundo grupo y como patrimonio civil documentamos: el Ayuntamiento (P/Mayor 2), la casa de la familia “Barcelò”(P/ Mayor 19 ), la casa familia Moles (C/ Venerable Bertran 17 N2-19) y la casa Timor (C/ Venerable Bertran 3-5). Posiblemente algunos de los edificios del listado tengan su origen en el s. XVI, etapa en que Atzeneta del Maestrat tuvo un importante desarrollo económico y aumento demográfico.

Otro espacio histórico que hay que destacar es el Raval que cronológicamente se encuentra constatado en la documentación escrita de inicios del siglo XVI. Por lo tanto el desarrollo urbano de este espacio posiblemente ya debió de darse desde medios del siglo XV.

Información y fotografías: Inventario arqueológico de la Mancomunidad de Penyagolosa – Pueblos del Norte (Atzeneta). Proyectos culturales UJI – Encultura, Vicerrectorado de Cultura y Relaciones Institucionales

Área arqueológica del barranco del Gorg de Atzeneta

La Estela Ibérica y el Petrogrifo

El área Arqueológica del Barranco del Gorg de Atzeneta del Maestrat es una zona que transcurre a lo largo de este barranco y donde se concentran 6 yacimientos que indican una ocupación humana continuada de este territorio desde hace 7.600 años Desde la Prehistoria reciente, es decir, desde VI-III milenio a.C. el ser humano ha ocupado este territorio. Destaca la Estela Ibérica encontrada a la Madonya (s.II-Y a.C) y el petrogrifo de la Cueva de Pere-Tomàs (declarado Bien de Interés Cultural – BIC). El flujo de agua por el barranco durante todo el año explica la ocupación ininterrumpida durante tantos milenios.

La Estela Ibérica de Atzeneta del s. II-Y a.C. fue encontrada al 2018 en un ribazo de la Madonya. A pesar de no tener las características propias de los hábitats concentrados típicos denominados Oppidum, la Madonya tuvo una fase de ocupación ibérica (550-27 a.C.). La Estela es un monumento de gres de color rojo-granado con motivos incisos en el tercio superior que representan un disco pectoral (cardiophylax) decorado con motivos geométricos sujetado por dos correas y una cenefa decorada con triángulos. La Estela se debiera de hacer en honor de algún guerrero ibérico, imaginamos que reconocido por sus éxitos en los campos de batalla. Podría corresponder a un soterramiento pero no se ha encontrado restos humanos en el lugar del hallazgo. Sin duda es una de las joyas arqueológicas de la Mancomunidad de Penyagolosa-Pueblos del Norte y se puede visitar en la Torre de la Prisión de Atzeneta (se tiene que pedir el acceso al Bar del Sol).

Las estelas nos demuestran que el Íbero había construido una sociedad compleja, con una estructura social con élites aristocráticas. Tenían una lengua y escritura propias. La religión del mundo ibérico es muy desconocida, aun así tenemos algunas pinceladas que nos hablan sobre un conjunto de creencias y rituales complejos entre los cuales hay que destacar elementos como los santuarios o las necrópolis. En la antigüedad eran muy apreciados como guerreros mercenarios.

El segundo yacimiento destacable con una cronología indeterminada es la Cueva de Pere-Tomàs. Es una balma, protegida por un enrejado, situada al pie de un risco de roca. Hay dos elementos arqueológicos destacables: restos de pintura parietal y un petrogrifo.

Los restos de pinturas se corresponden a pinturas rupestres esquemáticas encontrando un panel con dos grupos diferenciados según su coloración: un grupo de motivos lineales en pigmento negro y otro grupo de motivos lineales en pigmentación roja.

El petrogeifo de cruz con peana se dispone de forma horizontal sobre una surgencia de roca calcárea situada en el extremo sudeste de la Balma. El basamento o peana se caracteriza para presentar forma trapezoidal isósceles con medidas de 24 cm de anchura por 16 de altura y surco de sección en «Uno». Al mismo tiempo la peana está dividida en dos trapecios iguales por una línea que establece la altura del trapecio y que al mismo tiempo supone la parte inferior de la cruz.

La cruz tiene morfología simple y unas medidas de aproximadamente 24 cm de anchura por 50 cm de altura y surco con sección en «V». La parte superior correspondiente a los brazos se encuentra muy erosionada pero parece dibujar otras ramificaciones y líneas en cada uno de los extremos.

Respecto a la cronología existe discusión entre los arqueólogos alrededor de estos tipos de motivos. Inicialmente la cronología propuesta por este es de la Edad del Bronce pero la ausencia de elementos determinantes imposibilita la adscripción crono-cultural cuidadosa del petrogrifo. Las nuevas tendencias investigadoras, asocian los petrogrifos, con morfología de cruz y derivados a fechas más recientes, concretamente en los siglos XII y XIII d.C., y su funcionalidad residiría como agente profiláctico o de hito territorial.

Se puede hacer una visita guiada a la Cueva de Pere-Tomàs una vez en el mes organizada por el Museo de la Valltorta.

En esta área arqueológica hay restos más antiguos datadas a la Prehistoria reciente (5.600 – 2.800 a.C.) como la Cueva de la Roca Tomate. Ubicada en lo alto de una cinglera de más de 100 m. de altura donde el barranco del Gorg va encajonado, se corresponde a una tipología de yacimiento en cueva.

Este periodo prehistórico se caracteriza por el asentamiento del hombre en los primeros poblados y en el desarrollo de la agricultura y la ganadería. El ser humano, a pesar de que no deja de ser nómada, empieza asentarse en lugares concretos durante más tiempo, y pasa de ser una sociedad cazadora-recolectora a productora. La cultura material que define este periodo es la cerámica, la cual se utilizará como contenedor de productos alimentarios como los cereales. También se continúan utilizando herramientas de piedra, pero estas se adaptan a las nuevas actividades agrícolas, desarrollándose la tecnología de la piedra pulida.

También se ha encontrado evidencias de la Eneolítico/Calcolítico (2.800-2.100 a.C.) al Ullal. Se corresponde a una tipología de yacimiento en cueva. Ubicada en la pared del barranco, durante episodios de lluvias fuertes brota agua con mucha fuerza desde el agujero del muro. Sin duda es un espectáculo natural que hay que ver.

Este periodo prehistórico se caracteriza por la utilización de los primeros metales. Es el momento en que aparecen los primeros indicios de metalurgia, centrada en la manipulación del cobre para la fabricación de objetos de utilización no cotidiana (armas, piezas de adorno y de prestigio). A nivel social se produce un incremento de los intercambios comerciales y una especialización artesanal. Se incrementa la productividad de la agricultura gracias al uso de arado, del regadío y del carro. En la ganadería se aprovecha la fuerza motriz del ganado. Aparecen poblados fortificados y megalitos. Las sociedades se hacen más complejas.

Evidencias de la Edad del Bronce (2.450-750 a.C.) las encontramos a un yacimiento: Conjunto de la Roca del Raudor. Es un yacimiento conformado por tres espacios (dos de ellos son cuevas).

Este periodo prehistórico se caracteriza por un cambio en la organización social, apareciendo élites que ejercerán su control sobre el territorio, los recursos y la población. Fruto de este cambio social también cambia el patrón de asentamiento, y las nuevas necesidades hacen que se elijan espacios en altura con protección natural y de fácil defensa. Otro de los hechos más característicos de esta época es la implantación definitiva de la metalurgia y la fundición. La inhumación de los muertos se hace a las cuevas, a los dólmenes y a los ajuares. Son características las puntas de flecha, los punzones y objetos de adorno. El arte se concreta en figuras de piedra y dibujos de escenas de muerte.

Más reciente, ya después de Cristo, hay evidencias de la época medieval islámica en cuatro yacimientos: conjunto de la Roca del Raudor, Cueva de la Roca Tomata, Más Propet y la Madonya. Corresponden a dos tipologías de yacimientos: hábitat disperso y cueva. Los yacimientos islámicos (711-1.233/38 d.C.) son muy numerosos a la Mancomunidad de Penyagolosa-Pueblos del Norte, lo cual indica la relevancia que tuvieron en estas tierras, especialmente en el periodo emiral (s-IX-XI d.C.). Los hábitats dispersos se corresponden a la explotación de tierras y de la metalurgia, vestigios que todavía se pueden ver en bancales llenos de escoria de hierro (“cagaferro”), como la Madonya y en el Más Propet. Los yacimientos en cueva (conjunto Roca del Raudor y Cueva de la Roca Tomata) pueden responder a la necesidad de defensa en una época de gran inestabilidad política y también a necesidades religiosas.

Información y fotografías: Inventario arqueológico de la Mancomunitat de Penyagolosa – Pobles del Nord (Atzeneta). Proyectos culturales UJI – Encultura, Vicerrectorado de Cultura y Relaciones Institucionales

Área Arqueológica del Castell-Cueva Oscura de Atzeneta

Las edades del hombre

El área Arqueológica del Castell-Cueva Oscura de Atzeneta del Maestrat es una zona de poco más de 1 km² donde se concentran 7 yacimientos que indican una ocupación humana continuada de este territorio desde hace 7.600 años. Los elementos más importantes de esta área son el Castell, que está declarado BIC, y la Cueva Oscura, que es Lugar de Interés Comunitario (LIC) – Zona de Especial Conservación (ZAC). En esta área tenemos ejemplos de todas las edades de la evolución histórica desde que la humanidad decidió asentarse en poblados estables. Desde el Neolítico, es decir, desde hace casi 7.600 años del ser humano ha ocupado este territorio de manera continuada. El flujo de agua por el barranco durante todo el año explica la ocupación ininterrumpida durante tantos milenios.

1. NEOLÍTICO

Evidencias del Neolítico (5.600 – 2.800 a.C.) las encontramos en dos yacimientos: la Loma de la Cueva Oscura y la Rambla de Atzeneta. Ubicados a la cumbre de unas lomas en el norte del barranco de la Pallisera, y separados por menos de 1 km de distancia, los dos corresponden a la tipología de hábitats disperso

Este periodo prehistórico se caracteriza por el asentamiento del hombre en los primeros poblados y en el desarrollo de la agricultura y la ganadería. El ser humano, a pesar de que no deja de ser nómada, empieza asentarse en lugares concretos durante más tiempo, y pasa de ser una sociedad cazadora-recolectora a productora. Estos poblados se construían en lugares elevados junto a un río o próximos a una fuente de agua, y, solían estar configurados por cabañas de planta circular construidas con materiales perecederos cono abonos y madera. Los poblados se construian en lugares elevados junto a un río o próximos a una fuente de agua, y, a veces, estaban protegidos de los grupos vecinos o de los animales salvajes mediante estacadas, fosos o muros. La cultura material que define este periodo es la cerámica, la cual se utilizará como contenedor de productos alimentarios como los cereales. También se continúan utilizando herramientas de piedra, pero estas se adaptan a las nuevas actividades agrícolas, desarrollándose la tecnología de la piedra pulcra.

2. ENEOLÍTICO/CALCOLÍTICO

Evidencias de la Eneolítico/Calcolítico (2.800-2.100 a.C.) las encontramos en un yacimiento: la Cueva de la Roca de la Pallisera. Ubicada en el sur del barranco de la Pallisera, corresponde a una tipología de yacimiento en cueva.

Este periodo prehistórico se caracteriza por la utilización de los primeros metales. Es el momento en que aparecen los primeros indicios de metalurgia, centrada en la manipulación del cobre para la fabricación de objetos de utilización no cotidiana (armas, piezas de adorno y de prestigio). A nivel social se produce un incremento de los intercambios comerciales y una especialización artesanal. Se incrementa la productividad de la agricultura gracias al uso de arado, del regadío y del carro. En la ganadería se aprovecha la fuerza motriz del ganado. Aparecen poblados fortificados y megalitos. Las sociedades se hacen más complejas.

3. EDAD DEL BRONCE

Evidencias de la Edad del Bronce (2.450-750 a.C.) las encontramos en tres yacimientos: el Castell, la Cueva Oscura y el Tossal de la Pallisera. El Castell y el Tossal de la Pallisera son hábitats concentrados, mientras la Cueva Oscura corresponde a una tipología de yacimiento en cueva.

Este periodo prehistórico se caracteriza por un cambio en la organización social, apareciendo élites que ejercerán su control sobre el territorio, los recursos y la población. Fruto de este cambio social también se modifica el patrón de asentamiento, y las nuevas necesidades hacen que se eligen espacios en altura con protección natural y de fácil defensa. Otro de los hechos más característicos de esta época es la implantación definitiva de la metalurgia y la fundición. La inhumación de los muertos se hace a las cuevas, a los dólmenes y a los ajuares. Son características las puntas de flecha, los punzones y objetos de adorno. El arte se concreta en figuras de piedra y dibujos de escenas de muerte.

4. EDAD DE HIERRO

Evidencias de la Edad de Hierro (750-550 a.C.) las encontramos en dos yacimientos: el Castell y el Tossal de la Pallisera. Los dos corresponden a una tipología de yacimiento de habitado concentrado. Se observa una continuidad en la ocupación de estos dos espacios desde la época del Bronce.

Este periodo histórico se caracteriza por la utilización del hierro como metal y la entrada definitiva en las redes comerciales mediterráneas. Estos yacimientos tienen una tipología muy parecida a las características establecidas durante la Edad del Bronce, es decir, preferencia por espacios de fácil defensa, aprovisionamiento de recursos y control espacial.

5. ÉPOCA IBÉRICA

Evidencias de la Época Ibérica (550-27 a.C.) las encontramos a un yacimiento: el Castell. Este poblado respondía a una tipología de habitado concentrado denominada Oppida. Eran recintos establecidos en lugares elevados y con importantes elementos poliorcéticos de defensa (murallas). Los Íberos eran el conjunto de pueblos asentados a la costa oriental de la Península Ibérica. Tenían una sociedad compleja, con una estructura social donde destacaba las élites aristocráticas. Tenían una lengua y escritura propias. La religión del mundo ibérico es muy desconocida, aun así tenemos algunas pinceladas que nos hablan sobre un conjunto de creencias y rituales complejos entre los cuales hay que destacar elementos como los santuarios o las necrópolis. La economía generaba excedentes que fomentaba el comercio con otras pueblas del Mediterráneo. Sellaron monedas propias. Alrededor del Castell se ha encontrado un *Semis (moneda íbera de la segunda mitad del S.II a.C.) de la ceca de Kese (actual Tarragona). En la antigüedad eran muy apreciados como guerreros mercenarios.

6. ÉPOCA ROMANA

Aunque se ha encontrado restos de cerámica de importación romana tardorepublicana en el Castell (s. II a.C. – 476 d.C.), no se han encontrado evidencias arqueológicas significativas hasta la época medieval.

7. ÉPOCA MEDIEVAL

Evidencias de la época medieval las encontramos en un yacimiento: el Castell. Este periodo empieza con el periodo islámico (711-1.233/38 d.C.) en el cual el Castell tuvo una entidad propia equivaliendo a la de la alquería de Atzeneta. En el periodo cristiano (1.233/38-1.492 d.C.) el Castell continuó teniendo relevancia estratégica pero perdió entidad a favor de la Vila Cerrada de Atzeneta. Las actuales construcciones tuvieron su origen en la época cristiana (S.XIV).

Información y fotografías: Inventario arqueológico de la Mancomunitat de Penyagolosa – Pobles del Nord (Atzeneta). Proyectos culturales UJI – Encultura, Vicerrectorado de Cultura y Relaciones Institucionales

Antigua Muralla

El primer recinto amurallado se cree que pertenece a la época de la dominación musulmana de la zona, de hecho, el nombre de Atzeneta (nombre oficial en valenciano), proviene del nombre del jefe berberisco Zenet, perteneciendo a la tribu Az-zanata, que es la que estaba asentada en los territorios del actual municipio.​ Según los estudios, este primer recinto amurallado se levantó en el extremo del asentamiento, dando origen a un espacio público que coincidiría con la actual plaza Pastora.

Iglesia de Sant Bartolomé

La parroquia se constituye inmediatamente después de la conquista cristiana; ya aparece mencionada en 1279. En 1315 vuelve a ser mencionada cuando el obispo de Tortosa Francesc Paholac hace una Visita Pastoral, pero del edificio no se hace ninguna mención. A finales del siglo XIV, un testamento nos da noticias de algunos retablos de la iglesia, pero poco más.

A principios del siglo XVII ya aparecen referencias sobre la voluntad del pueblo de construir una nueva iglesia para encontrarse el edificio en un estado lamentable, pero las obras se retrasan por las penurias económicas y sociales que sufren los atzanetins durante gran parte del siglo: sequías, guerras y epidemias. En los años 30 del siglo XVII se inician las obras, pero no será hasta 1674 cuando las obras cobran impulso, y estas continuarán hasta final del siglo, estando en 1701 ya acabadas. Los maestros de obras encargados de la construcción fueron los Esteller, familia proveniente de València. El coro, construido en el presbiterio, fue trasladado en 1757 los pies de la nave convirtiéndose en un coro alto.

En 1858 la iglesia fue ampliada con la unión del templo y la capilla de la Comunión.

Hasta el siglo XIX el altar mayor había sido dedicado a la Virgen María de Ángeles y a San Bartolomé, y después, solo a San Bartolomé, menos en 1685 y 1686 en que se cambia la advocación del altar mayor a Santa Ana.

Está declarada Bien de Relevancia Local con la categoría de Monumento de Interés Local por la Disposición Adicional Quinta de la Ley 5/2007, de 9 de febrero, de la Generalitat Valenciana, del Patrimonio Cultural Valenciano.

Ermita de Sant Roc

La Ermita de Santo Roc de Atzeneta del Maestrat, en la comarca del Alcalatén, provincia de Castelló, es un edificio religioso que se encuentra situado el centro del barrio antiguo del municipio, en la plaza Mayor.

Se trata de un edificio datado en el siglo XVIII, en concreto en 1757, construida con sillares siguiendo las pautas arquitectónicas barrocas. De pequeñas dimensiones presenta una sola nave, de forma cuadrangular, y gran altura de muros, a la cual se accede a través de una única puerta situada en la fachada principal de la ermita, que presenta sobre la mencionada puerta una hornacina vacía en la cual aparece el año de construcción y un óculo cegado para colocar en él un panel de cerámica representante a Sant Roc, a quien se dedica la ermita. El exterior de la ermita está rematado con una espadaña, posterior a la construcción del templo, y de estilo neoclásico, en la cual hay una sola campana la fundición de la cual fecha del año 1844. La cubierta presenta cúpula de teja vidriada.

Plaça de la Divina Pastora

La plaza Divina Pastora es una plaza de planta casi cuadrada y articulada alrededor del primitivo pozo que proveía de agua a los primeros pobladores.

En la actualidad un retablo cerámico de la imagen de la Virgen bajo la advocación de la Divina Pastora, situado en una capilla situada en la fachada de una de sus casas la preside y da nombre.

Torre de la Presó

La Torre de la Prisión tiene confirmada su fecha de construcción por estudios arqueológicos realizados, y un lienzo de muralla que presenta restos de almenas, matacán, así como restos otras dos torres.

La torre, de planta cuadrada, tiene tres alturas y cubierta de teja curva a una agua; de fábrica de masonería regular formando hiladas. Presenta un espesor de los muros que es de 106-110 cm en planta baja, mientras que disminuye en las sucesivas plantas 95 en la primera y 75 en la segunda. El acceso a las plantas superiores se realiza a través de una escala que todavía se conserva. Los muros presentan aspilleras y las ventanas gruesas rejas de forjado. Junto a la torre se abrió el portal del camino de Vistabella, en una de las modificaciones del recinto amurallado, actualmente desaparecido al ser demolido alrededor de los años cincuenta del siglo XX. A la puerta de acceso hay una inscripción que fecha de 1898. Recibe el nombre de” torre de la prisó” por haber sido utilizada como recinto de prisiones en el pueblo hasta prácticamente en 60 del siglo XX.

Ermita de la Virgen de Loreto

La Ermita de la Virgen de Loreto es un edificio religioso que se encuentra en la confluencia de la Plaza de Loreto y la calle del Calvario de Atzeneta del Maestrat.

La Ermita de la Virgen de Loreto fecha del siglo XVII, en concreto del año 1602, a pesar de que en su parte externa pueden verse dos puertas de madera enmarcadas en sillares labrados, que pueden datarse con anterioridad, una de ellas es de 1596. Se trata de una ermita situada dentro del casco urbano de Atzeneta del Maestrat, y frente a ella se puede observar el conocido como “Peiró de Loreto”. Se trata de un humilladero, esbelta columna de piedra situada, en este caso concreto, sobre un graderío de tres escalones con zócalos circulares, en el cual se suele colocar alguna imagen de Cristo o de Nuestra Señora, a veces incluso de santos o simplemente de la Santa Cruz, como debió de ser el caso del peiró de Loreto, pero la Cruz se perdió durante la guerra del 36.

La ermita es un pequeño templo de dos cuerpos con una única cubierta de tejas árabes a dos aguas. Su construcción está hecha en masonería, y cuenta con un pórtico formado por arcos de medio punto en tres de sus caras, aunque en la actualidad solo es utilizable el central al haberse cerrado los laterales para construir un asiento corrido en su parte interior. A este pórtico o atrio abre la fachada de la ermita una ventana con rejas, mientras que las puertas de acceso al recinto sagrado se sitúan lateralmente en cada uno de los menajes, siendo estas puertas pequeñas y enmarcadas por sillares.​ La ermita presenta una espadaña situada sobre el muro central, en un caballete del tejado justo en el lugar de confluencia del templo y el pórtico, que dispone de una única campana, denominada “Loreto” y datada en 1961.​ Respecto a su interior, destaca para estar totalmente pintado en blanco, pudiéndose observar una vuelta de crucería, con clave decorada en forma de querubín de piedra y una pila de agua bendita de alabastro.

El Castell

El Castell de Atzeneta se encuentra situado en 3 km de la población, a unos 500 metros de altitud, en la partida llamada de las Hoyas, próximo al final de Lucena del Cid y del barranco de la Pallisera.

Del castillo se conserva solo la torre del Homenaje, la cual es un Torreón construido en estilo gótico, que presenta planta cuadrada, con hostería y portadas con arcos de medio punto. En el interior pueden contemplarse algunos lienzos de valor, como el de la Inmaculada (pintura al óleo bajo lienzo datado 1689), arcos apuntados, la escala e incluso un horno de la época de su construcción. Existe también un retablo del siglo XVIII en honor en San Juan Baptista, que en la actualidad se encuentra situado en el archivo parroquial. Los materiales utilizados en la construcción son sillares, sillarejo y masonería. Además, el conjunto posee también una ermita, construida posteriormente, alrededor del siglo XIV, que está dedicada a los patrones de la población: la Virgen de la Esperanza y los santos Fabián y San Sebastián. Esta ermita tenía un reloj de sol en una de sus esquinas del cual actualmente solo queda una pequeña parte, al tiempo, sobre la entrada de la ermita, se puede observar un escudo eclesiástico.