Las edades del hombre
El área Arqueológica del Castell-Cueva Oscura de Atzeneta del Maestrat es una zona de poco más de 1 km² donde se concentran 7 yacimientos que indican una ocupación humana continuada de este territorio desde hace 7.600 años. Los elementos más importantes de esta área son el Castell, que está declarado BIC, y la Cueva Oscura, que es Lugar de Interés Comunitario (LIC) – Zona de Especial Conservación (ZAC). En esta área tenemos ejemplos de todas las edades de la evolución histórica desde que la humanidad decidió asentarse en poblados estables. Desde el Neolítico, es decir, desde hace casi 7.600 años del ser humano ha ocupado este territorio de manera continuada. El flujo de agua por el barranco durante todo el año explica la ocupación ininterrumpida durante tantos milenios.
1. NEOLÍTICO
Evidencias del Neolítico (5.600 – 2.800 a.C.) las encontramos en dos yacimientos: la Loma de la Cueva Oscura y la Rambla de Atzeneta. Ubicados a la cumbre de unas lomas en el norte del barranco de la Pallisera, y separados por menos de 1 km de distancia, los dos corresponden a la tipología de hábitats disperso
Este periodo prehistórico se caracteriza por el asentamiento del hombre en los primeros poblados y en el desarrollo de la agricultura y la ganadería. El ser humano, a pesar de que no deja de ser nómada, empieza asentarse en lugares concretos durante más tiempo, y pasa de ser una sociedad cazadora-recolectora a productora. Estos poblados se construían en lugares elevados junto a un río o próximos a una fuente de agua, y, solían estar configurados por cabañas de planta circular construidas con materiales perecederos cono abonos y madera. Los poblados se construian en lugares elevados junto a un río o próximos a una fuente de agua, y, a veces, estaban protegidos de los grupos vecinos o de los animales salvajes mediante estacadas, fosos o muros. La cultura material que define este periodo es la cerámica, la cual se utilizará como contenedor de productos alimentarios como los cereales. También se continúan utilizando herramientas de piedra, pero estas se adaptan a las nuevas actividades agrícolas, desarrollándose la tecnología de la piedra pulcra.
2. ENEOLÍTICO/CALCOLÍTICO
Evidencias de la Eneolítico/Calcolítico (2.800-2.100 a.C.) las encontramos en un yacimiento: la Cueva de la Roca de la Pallisera. Ubicada en el sur del barranco de la Pallisera, corresponde a una tipología de yacimiento en cueva.
Este periodo prehistórico se caracteriza por la utilización de los primeros metales. Es el momento en que aparecen los primeros indicios de metalurgia, centrada en la manipulación del cobre para la fabricación de objetos de utilización no cotidiana (armas, piezas de adorno y de prestigio). A nivel social se produce un incremento de los intercambios comerciales y una especialización artesanal. Se incrementa la productividad de la agricultura gracias al uso de arado, del regadío y del carro. En la ganadería se aprovecha la fuerza motriz del ganado. Aparecen poblados fortificados y megalitos. Las sociedades se hacen más complejas.
3. EDAD DEL BRONCE
Evidencias de la Edad del Bronce (2.450-750 a.C.) las encontramos en tres yacimientos: el Castell, la Cueva Oscura y el Tossal de la Pallisera. El Castell y el Tossal de la Pallisera son hábitats concentrados, mientras la Cueva Oscura corresponde a una tipología de yacimiento en cueva.
Este periodo prehistórico se caracteriza por un cambio en la organización social, apareciendo élites que ejercerán su control sobre el territorio, los recursos y la población. Fruto de este cambio social también se modifica el patrón de asentamiento, y las nuevas necesidades hacen que se eligen espacios en altura con protección natural y de fácil defensa. Otro de los hechos más característicos de esta época es la implantación definitiva de la metalurgia y la fundición. La inhumación de los muertos se hace a las cuevas, a los dólmenes y a los ajuares. Son características las puntas de flecha, los punzones y objetos de adorno. El arte se concreta en figuras de piedra y dibujos de escenas de muerte.
4. EDAD DE HIERRO
Evidencias de la Edad de Hierro (750-550 a.C.) las encontramos en dos yacimientos: el Castell y el Tossal de la Pallisera. Los dos corresponden a una tipología de yacimiento de habitado concentrado. Se observa una continuidad en la ocupación de estos dos espacios desde la época del Bronce.
Este periodo histórico se caracteriza por la utilización del hierro como metal y la entrada definitiva en las redes comerciales mediterráneas. Estos yacimientos tienen una tipología muy parecida a las características establecidas durante la Edad del Bronce, es decir, preferencia por espacios de fácil defensa, aprovisionamiento de recursos y control espacial.
5. ÉPOCA IBÉRICA
Evidencias de la Época Ibérica (550-27 a.C.) las encontramos a un yacimiento: el Castell. Este poblado respondía a una tipología de habitado concentrado denominada Oppida. Eran recintos establecidos en lugares elevados y con importantes elementos poliorcéticos de defensa (murallas). Los Íberos eran el conjunto de pueblos asentados a la costa oriental de la Península Ibérica. Tenían una sociedad compleja, con una estructura social donde destacaba las élites aristocráticas. Tenían una lengua y escritura propias. La religión del mundo ibérico es muy desconocida, aun así tenemos algunas pinceladas que nos hablan sobre un conjunto de creencias y rituales complejos entre los cuales hay que destacar elementos como los santuarios o las necrópolis. La economía generaba excedentes que fomentaba el comercio con otras pueblas del Mediterráneo. Sellaron monedas propias. Alrededor del Castell se ha encontrado un *Semis (moneda íbera de la segunda mitad del S.II a.C.) de la ceca de Kese (actual Tarragona). En la antigüedad eran muy apreciados como guerreros mercenarios.
6. ÉPOCA ROMANA
Aunque se ha encontrado restos de cerámica de importación romana tardorepublicana en el Castell (s. II a.C. – 476 d.C.), no se han encontrado evidencias arqueológicas significativas hasta la época medieval.
7. ÉPOCA MEDIEVAL
Evidencias de la época medieval las encontramos en un yacimiento: el Castell. Este periodo empieza con el periodo islámico (711-1.233/38 d.C.) en el cual el Castell tuvo una entidad propia equivaliendo a la de la alquería de Atzeneta. En el periodo cristiano (1.233/38-1.492 d.C.) el Castell continuó teniendo relevancia estratégica pero perdió entidad a favor de la Vila Cerrada de Atzeneta. Las actuales construcciones tuvieron su origen en la época cristiana (S.XIV).
Información y fotografías: Inventario arqueológico de la Mancomunitat de Penyagolosa – Pobles del Nord (Atzeneta). Proyectos culturales UJI – Encultura, Vicerrectorado de Cultura y Relaciones Institucionales